Sueños...

Amor...
Si tu te acordaras...
Si tu me llamaras...
Y si me buscaras...

Amor... no dejes pasar más tiempo, pues el tiempo es el mayor de los asesinos,  mutila parte por parte tu imagen y carcome los rescoldos de ilusiones, transforma tu figura en una cuadrícula descuadrada, grotesca,  que se difumina poco a poco, hasta convertirse en un vacío de nitidéz que quita el aliento y hace cerrar los ojos.
Tratando de juntar las piezas del recuerdo, las encajono en el marco del  rompecabezas de un presente irreal.
Levanto mis manos tratando de asirte, pero levitas, levitas vagamente en el espacio de mi desnuda soledad.
Azules claros y oscuros matices, al igual que nubes de sombras espesas y aplastantes nos cubren.
Levanto mis manos y camino a tientas;  mi rostro sangra, pues lágrimas de sangre fluyen por mis ojos ciegos y en blanco, implorando al cielo con gritos que nadie escucha, mientras tu sigues flotando  en rededor mío...
Música estridente lastima mis oidos, luces de neón se confunden en un grito de amor desesperado.
Amor ciego, crugir de dientes, dedos engarzados entre el cabello desparpajado, de inojos estoy besando la tierra, la baño con mis pesadas lágrimas, mientras tú, levitas y te elevas,... y te vaz... cada vez más lejos... ¡Por favor!,  ¡No te vayas!.... No me dejes.... Regresa y has realidad mis sueños.
Vida.
Mara Lludith.